jueves, 10 de noviembre de 2011

Cocaína, fármacos y cosméticos: los nuevos contaminantes del agua.

En cuanto a los fármacos, sus posibles efectos sanitarios y ambientales son aún desconocidos. Proceden de hospitales, de la agricultura...
De acuerdo con Joan Grimalt, director del IDAEA, "lo más preocupante ahora mismo son los antibióticos procedentes de la ganadería. Pueden favorecer la aparición de bacterias resistentes. Por el momento no han llegado a los humanos, pero pueden llegar".
En Cataluña hay lugares como Vic o Lleida en los que la situación es grave. "Las aguas freáticaspurines [excrementos de cerdo] que se han filtrado", explica.

En España se reutiliza el agua de forma muy intensiva. "Desde que llueve y antes de que llegue al mar, usamos el agua dos veces", señala Grimalt. Aunque nuestro sistema de depuración de aguas residuales y de potabilización sea bueno hay que ir mejorándolo y puliéndolo en función de las nuevas necesidades y sobre todo hacer hincapié en la prevención. Se estima que el 20% de la población española tira los fármacos por el retrete. Por otra parte, el uso de antibióticos en ganadería debería minimizarse.
En cuanto a las drogras, los ríos españoles están cargados de éstas. Las depuradoras no están diseñadas para retener este tipo de sustancias. Pero, "nadie se `colocará" por beber agua del grifo, está claro", señala Grimalt. Las cantidades en las aguas son del orden de nanogramos. Para notar algún efecto de cocaína, por ejemplo, sería necesario beber 100.000 litros.
"Lo que llega a los ríos y lagos es un cóctel tan complejo de nuevos contaminantes que no sabemos aún exactamente cómo afecta con detalle a los seres vivos", reconoce el experto. "Pero estos productos son ajenos al ecosistema y terminarán de alguna forma pasándonos factura", apostilla Grimalt
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