lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Qué hacer con un chicle usado?

El chicle podríamos decir que es el colmo del reciclaje. En España se consume una media de tres kilos y medio de chicles y caramelos por habitante. Un chicle que se tira al suelo tarda, también de media, cinco años en degradarse (tiempo durante el cual es capaz de acumular en torno a 50.000 gérmenes).



El problema, es que la mayoria de los chicles terminan en las aceras y eliminarlos es de todo menos barato. 25 céntimos cuesta despegar un chicle.Y ésto para muchos ayuntamientos que quieren mantener sus calles impolutas supone un gasto más que considerable. Si además tenemos en cuenta que el proceso de limpieza requiere productos químicos perjudiciales y mucha agua, el proceso queda bastante lejos de ser beneficioso para el medio ambiente.
Entre las soluciones, está contratar a empresas especializadas como Gumbusters o apuntarse a lo que parece ser la tendencia “reciclachicle”. También existen ya chicles biodegradables que su consumo haría que menguara el problema.
Una empresa británica, Gum My Bin, y otra estadounidense, Envyro Bubble, se han apuntado al carro de reciclar chicles mediante el diseño de contenedores especiales para depositar los chicles y se los están ofreciendo a ayuntamientos y a empresas.
En el caso de Envyrobubble cada contenedor tiene una capacidad para 1000 chicles, que son recogidos por Envyrobubble y convertidos en fertilizante. Gummy Bins ha lanzado dos modelos: el Gummy para la calle, que tiene una capacidad de 500 chicles, y el Gummy Club, para 250.

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